jueves, 15 de octubre de 2015

Actores de tragicomedia

Recitan en el púlpito
Los encantadores de serpientes.

Con una retórica propia de Protágoras
Se bañan con las masas
En un mar de furia y pasión.

Se visten con estandartes,
Erigen mártires y contaminan de bilis
aguas translúcidas y caóticas.

Vocifera y alza los puños el elegido,
Aplauden sus secuaces,
Los palmeros sueñan con un pedacito,
Con un trocito de tarta.

La adulación si es un pecado humano.

Habla de libertad y de sueños,
El patrón necesita remos
Para conquistar el punto más alto
En las alcantarillas del parlamento.

Verdad y justicia,
Bonitas palabras
Que se desvanecen con el paso del tiempo.
Maldigo tu secta y tus siglas
Maldigo los dogmas,
Maldigo la falsa esperanza
Que dibujan tus labios,
Maldigo esta aristocracia
De bufones y actores de tragicomedia.

La democracia dejará de ser una quimera
Cuando los hombres y mujeres se levanten
De esta soporífera y cansina función teatral,
Miren al sol  y descubran
Que la verdadera libertad
Pasa por romper tus propias cadenas,
 Que la verdadera libertad
Es la colectiva y no la individual.




Todos los derechos están reservados ©. Diego Torres 2015 

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