Un corrosivo murmullo se acantona en los armarios,
Mas en el sístole de la madrugada dibuja espirales
El fementido altar de secantes,
El ágora vestido de incienso
Y Rodeado de uniformes trazos sujeto
A las leyes de la geometría y la
termodinámica.
Entropía y espejos que refractan
carencias ignotas,
Cubitos opacos flotan en un vaso
de Chivas
Consumiendo brotes
esquizofrénicos
De morfemas rabiosos, de imágenes
contrapuestas y contrahechas.
Folie a deux en la Gran Vía:
Taxis licántropos, clochards y
vino,
Cámaras, infinitas cámaras, el
Museo del jamón,
Restaurantes de subsuelo y
butacas llenas.
Smog ácido y continua búsqueda de
melodías extintas,
De bóvedas erosionadas y frases
de azucarillo;
El olor a Gallinejas mezclado con
música tecno,
Escaparates, chulapos, 15M,
Párpados ateridos por el frío glacial
de simples transacciones
Y por Baños de Hedonismo deshilachado.
Edulcórame a tientas los labios,
Sufro erosión gravitacional y
estrés postraumático.
Existo sin más, sin nada porque
luchar,
Como tantos otros volcanes
durmientes
Jugando a dominar el arte de la
papiroflexia,
Jugando al arte de vadear
La profunda fosa de las Marianas.
Todos los derechos reservados©. Diego
Torres 2016
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