miércoles, 28 de enero de 2015

L´estaca. Lluís Llach.




Este hermoso canto a la libertad nos recuerda tiempos peores, pero donde había sueños, ansias de cambio, un sentimiento común de romper los grilletes de la dictadura y el firme deseo de mirar al horizonte con esperanza. Que fugaz es la memoria humana, que pronto olvida a aquellos que lucharon y dieron la vida por la democracia. Sin embargo, ¿En qué la hemos convertido? ¿Es un animal vicioso que alimenta de carroña a las hienas y buitres? ¿La hemos mutilado con nuestro conformismo e indiferencia? ¿Corre el riesgo de ser destruida y devorada por los hijos de quienes la instauraron?¿ Existe en cierto modo o solo es un fantasma?¿Es el miedo un factor extra que contribuye a su desaparición?¿Beben de sus aguas contaminadas los extremismos? ¿Caminamos hacia una revolución de masas?

Todas estas preguntas me hago cada día, tratando de comprender qué está pasando y si de verdad el pueblo español ha sabido asumir su soberanía. Quizás hemos olvidado de dónde venimos y quiénes somos, quizás la experiencia y la sabiduría solo sean palabras que vuelan con el soplo de los vientos, quizás la ignorancia sea peor que la maldad, quizás corren tiempos de odio y resentimientos.

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