Todos al fin y al cabo nos creemos dueños de nuestro
devenir, todos creemos que nuestra existencia tiene un significado. Cuando el
recuerdo muere dejamos de existir y volvemos a formar parte de algo insólito y
desconocido, el no ser. El presente caduca con extrema celeridad y sumidos
entre vagas estampas del pasado y un futuro inexistente e impredecible bailamos
al son del azar. Sin respuestas claras la eficiencia se encuentra en el
automatismo, quizás ya no hay cabida para los soñadores, quizás en nuestro
pequeño universo el camino más recto es sobrevivir. La imaginación juega a los
dados con el miedo y hay días en los que uno respira la belleza que le rodea, pero hay otros en los que deambulas sin mucho sentido, que te dejas guiar por
la inercia, por la mayor fuerza que existe, el no dejar de existir.
Hola!!!
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