miércoles, 25 de febrero de 2015

Siempre haciendo fiestas para disimular el vacío

Cuando escuché esta frase en la conocida y maravillosa película “Las Horas” quedé completamente prendado por su cruda belleza. Me recuerda a los festines y comilonas sin sentido, al viaje afrodisiaco del alcohol y la danza de la desinhibición, a las resacas continuas y sus dañinos efectos sobre el humor y el estado de ánimo; al deseo lujurioso de la noche, buscando almas  vacías. Quién no ha sufrido el mal de la prisa, de correr por delante de sus pasos, quien no ha sido tocado y tentado por la enfermedad mental. Parece que la templanza y el gusto por la moderación se van consiguiendo con el paso de la edad, aunque en muchos casos no dependa de esta. El emperador Adriano, como buen estoico, prefería las comidas frugales a las copiosas y el goce pausado y controlado de los placeres del vino.

Hay fiestas, miles de fiestas, miles de excusas para evadirse de una triste realidad, yo debo de estar enajenado o ser un loco, pero cada día disfruto más de la soledad, cada día encuentro menor sentido al camino del exceso, de la felicidad enmascarada, fraudulenta, efímera de guiones ya escritos infinidad de veces. Yo me quedo con una conversación entre amigos hasta el amanecer, me quedo con descubrir nuevos libros y paisajes; ver una buena peli, comer en el campo, disfrutar del aire puro y del silencio.


lunes, 16 de febrero de 2015

Un fantasma recorre Europa

Un fantasma se cierne sobre Europa: el fantasma del radicalismo.

La Europa unida se desquebraja lentamente ante los cantos de sirena de los nacionalismos decimonónicos, la desigualdad  entre Norte y Sur, el hermetismo y estancamiento económico en la está envuelta, la fragilidad de sus decadentes democracias, la deshumanización de sus sistemas de educación, el envejecimiento de la población o los continuos fracasos en materia de inmigración e integración; un espectro recorre Europa, sigiloso, a pasos cortos pero firmes, el espectro de la segregación, y del odio, vuelven a sonar los tambores de guerras intestinas, de masas enfurecidas, de racismo y persecución.

La sociedad del bienestar está en peligro de extinción, los derechos de los ciudadanos retroceden como la arena de la playa ante el constante vaivén de nuevos temporales y tormentas. Que felices aquellos tiempos donde los cerdos comían billetes en sus cochiqueras, donde todo iba bien, donde la realidad era un sueño, donde hasta el más tonto hacía un reloj con la mano izquierda. Ahora nos hablan de deberes, a los hijos del dinero fácil, de los placeres volátiles, de los deseos  insaciables, a los hijos burgueses de la clase obrera.

Nos educaron en la seguridad material, en la abundancia, lejos de los cultivos del alma, lejos del verdadero saber, individualistas y ajenos a la responsabilidad del crecimiento y grandeza del estado. No hay nada más bello que una sociedad libre, que rema unida hacia un mismo fin, la felicidad y el desarrollo íntegro de sus ciudadanos.

Los gobiernos pueden cambiar de nombre, de sistema político, de representantes,  pero siempre estarán rodeados de esa  nube de azufre llamada poder; rodeados de la adulación, la autocomplacencia, alejados de los intereses generales, y tentados por la tiranía, por la impunidad, por el libre albedrío, alejados de la justicia. El dinero, el requeté jodido parné, su ostentosidad, su mágico hechizo, la dulce miel de los moscardones, la sangre de los vampiros, el fin para los pobres, la seguridad para los ricos de que nada cambie, de que todo siga igual.


Me pregunto si representamos a nuestros políticos o nosotros a ellos, si fue antes el huevo o la gallina, empero es evidente que todo esfuerzo será en vano sin profundas reformas en nuestra educación. Mientras impere el miedo, la ignorancia, mientras no nos quitemos la venda que produce nuestra ceguera la historia seguirá repitiéndose; la historia quedará regida por el caprichoso azar, por la sucesión de formas e imágenes ya conocidas, por la mentira, por los discursos fáciles, por valores falsos y castillos inalcanzables.

jueves, 12 de febrero de 2015

Sobre el Amor. Pequeñas reflexiones.

¿Qué es el amor? ¿Es una virtud? ¿Por qué ha sido objeto de reflexión por parte de grandes filósofos, poetas, dramaturgos y novelistas? ¿Tiene poder para mover y cambiar el mundo? ¿Por qué la ciencia le ha dedicado tan poco tiempo, siendo uno de los sentimientos más fuertes que nos unen a la vida?
Deben estar patidifusos con tantas preguntas, empero las formulo debido a mi ignorancia y desconocimiento. Puedo ofrecer tan solo mi opinión, meras hipótesis y creencias basadas en la experiencia, la observación de los hombres y sus caracteres y la interpretación de las palabras escritas.

En la actualidad, la neurociencia comienza a arrojar un halo de luz sobre este tema tan escabroso, dificultoso y encadenado a la subjetividad. Eduardo Punset predica en su libro “Viaje al amor” que surgió hace tres mil millones de años, prácticamente al inicio de la vida terrestre, en el momento en el que una bacteria se preguntó si había alguien más ahí porque no podía sobrevivir sola.

En la Celestina, de Fernando de Rojas se le define de la siguiente manera: es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una deleitable dolencia, un alegre tormento, una dulce y fiera herida, una blanda muerte.

Ahora cabe preguntarse qué es el amor en sí, si es la necesidad de ser amado, si es eterno o fugaz, si es una pasión animal o es fruto de nuestro raciocinio.  En que ardua tarea me veo envuelto, pues estoy inmerso en un laberinto de infinitas dimensiones.

La historia y la literatura nos relatan cuantas locuras por él han sido cometidas. Como ejemplo, enuncio los idilios de Orfeo y Eurídice,  Aquiles y Patroclo, Abelardo y Eloísa, Calisto y Melibea, Romeo y Julieta, aunque la lista es interminable.

¿Qué es lo que lo hace tan fuerte? Ha llegado a florecer en los páramos más sombríos, bajo las más crueles represiones, bajo el fundamentalismo religioso y/o bajo la diferencia de clases. No entiende de cadenas y cuando más se le aprisiona, nace aún si cabe más férreo y combativo; tampoco entiende de género sexual y tengo la absoluta certeza de que no es menos natural la homosexualidad y bisexualidad que la heterosexualidad. Su fin no es la procreación, como tantas veces escuchamos o hemos escuchado, sino la búsqueda de la felicidad.

El amor es universal y aunque también es relativo, ya que diferentes corrientes filosóficas, culturas y religiones lo han concebido de  diferente forma; nos vincula esa implacable fuerza que une a los átomos, en pos de combatir la soledad de un universo compuesto en su mayor parte por espacio vacío.

Somos un todo, y a la vez una minúscula mota de polvo que gira alrededor de una realidad caótica y azarosa, somos un ser mortal, pero a la vez eterno. La vida es una película sin final, es un episodio más de ese desconocido movimiento de generación y destrucción.


No sé qué es el amor y envidio esas historias que aparecen en el cine y nos asombran por su belleza, por su idealidad y perfección. Envidio esas extrañas y escasas colisiones que no están sujetas al capricho de los deseos, a las adversidades, ni al paso del tiempo. La realidad es más efímera y la pasión se desvanece con el paso de los años, sin embargo no hay nada más hermoso que comprar dos billetes de tren y parar en cada estación con tu compañera de viaje.



miércoles, 11 de febrero de 2015

Libertad.

La libertad es un sueño que se evapora cada vez que abres los ojos. En ciertas ocasiones siento que mi cuerpo levita y una paz interior invade todo mi ser, en esos momentos el tiempo se para y no soy consciente de nada de lo que me rodea. Siento como los rayos del sol alimentan mi piel, como mi corazón bombea sangre, como mis pulmones inhalan y exhalan aire, siento como soy un ser mortal y débil, pero a la vez bello y eterno.

domingo, 8 de febrero de 2015

¿Qué es la familia? Una historia verdadera.





Sin lugar a dudas, no he podido encontrar una definición más concisa, bella y atemporal de la familia. Este extracto de seis minutos, el cual recomiendo ver, es un resumen de la sencillez y sublimidad de esta eterna película (Una historia verdadera) dirigida por David Lynch. En ella no hay ni siquiera un instante de presuntuosidad, un ápice de hipocresía; tan solo se respiran momentos de realismo puro y alegre, donde los sentimientos se exponen de forma diáfana y pausada. Posee una extraordinaria banda sonora que te sumerge en la trama, en el dificultoso pasado de sus protagonistas, en la América rural y sus majestuosos paisajes; sus inmensos campos de maíz, sus lentos atardeceres, el río Mississippi y las infinitas rectas de sus carreteras. Excelente Angelo Badalamanti.

Para concluir quiero dar un pequeño homenaje a David Lynch, uno de mis directores predilectos. Si bien, es conocido por la excentricidad de muchas de sus obras, tales como, Terciopelo azul, Mullholland drive o Twin Peaks, me atrevo a elevarlo entre los grandes del séptimo arte. Gracias. Gracias por haber existido.


jueves, 5 de febrero de 2015

La fábula de la serpiente y la luciérnaga.

En cierta ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga y esta al percatarse empezó a volar más deprisa. Volaba y volaba pero la serpiente no desistía y así paso el primer día y el segundo y fue al día tercero cuando la luciérnaga se paro y encarándose con la serpiente le increpó:

-¿Te puedo hacer tres preguntas?
-No acostumbro a conceder deseos (dijo la serpiente) pero como te voy a devorar puedes preguntar lo que quieras.
-Entonces dime... ¿pertenezco yo a tu cadena alimenticia?
-No, (respondió la serpiente)
-¿Yo te hice algún mal?
-No. (volvió a contestar la serpiente)
-Entonces, dime... ¿porque quieres acabar conmigo?
- ¡Porque no soporto verte brillar! (contestó la serpiente)

Moraleja: No impidas que la envidia de otros no os permita brillar. La mejor respuesta a la mediocridad es la indiferencia.



Esopo.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Mi visión general de la política española.

Me gustaría recalcar que con mi humilde opinión y/u observación no pretendo buscar una verdad absoluta, ya que esta es inexistente. Hay, habrá y hubo personas más cualificadas para abordar temas exentos de simplicidad y de tomar a la ligera que uno mismo. Al ser un tema que abarca tantos matices he intentado sintetizar mis ideas lo máximo posible. Aun así, se ha alargado e invito con esto a leerlo de forma pausada.

En primer lugar haré hincapié en términos generales para después pasar a otros más particulares. Definamos pues en que se fundamenta la democracia española y en qué posición se encuentra. La democracia que por definición es "el poder del pueblo" y puesto que la representación de éste en el poder legislativo y ejecutivo es de un número reducido de personas, se ve abocada al fracaso. Aunque la razón de ser de la política es buscar el bienestar común y el progreso de un país por medio de una administración justa y equitativa, veremos como se ha convertido en un medio y modo de vida poco honesto y virtuoso. Puesto que creo que la vida y la historia tienen un sentido circular y no lineal, puedo señalar que encontramos a lo largo de los siglos infinidad de paralelismos con la situación actual.

¿Qué vicisitudes encuentran entonces los gobiernos actuales y que similitudes podemos entrelazar con el pasado? Ésta es una pregunta interesante a la par que compleja. Como todos sabemos es más sencillo que el poder ejecutivo sea más contundente a la hora de tomar decisiones cuando está dirigido por una sola persona, como ocurría en las monarquías absolutas o en un pasado reciente, por gobiernos de índole fascista y comunista. ¿Qué es lo que hace que gobiernos tan autoritarios sean más consistentes en épocas dificultosas y de crisis?
La respuesta es bien sencilla, las decisiones de ese tipo de ejecutivo son rápidas y expeditivas y contemplan con premura los problemas que pueden aparecer. Si bien, se ha demostrado que el terror injustificado y sostenido ha derribado a grandes tiranos, cabe dilucidar que éstos por medio del miedo han logrado consolidad regímenes duraderos.

Llegamos a un momento cumbre, y es el describir que factor hace que un poder se perpetúe y no es otro que el pueblo o la ciudadanía. Como dijo Nicolás Maquiavelo " es el tener al pueblo de tu lado, es decir que te ame y/o respete. Centrándonos por fin en la democracia española y sometiéndola a un riguroso examen conseguiremos dilucidar la decadencia en la que se halla. Todos conocemos qué es el bipartidismo y que los partidos políticos se basan en férreos dogmas donde no hay cabida para el pensamiento crítico.

La dictadura bipartidista tiene una ventaja sobre las oligarquías absolutas y es que el pueblo disfruta de libertades individuales. Pero qué es lo que en realidad es más importante para la ciudadanía, sus ideales o sus bienes. Sin duda alguna sus bienes, y por ende en los momentos de crisis, es cuando los sistemas políticos decadentes y viciados sacan a la luz del día su podredumbre. El problema no estriba en que no haya división de poderes, que la participación del ciudadano en las decisiones del gobierna sean ínfimas, que haya desigualdades sociales; es el continuo desfalco y robo a sus ciudadanos de clase media, que en general son el motor de las sociedades liberales.

Los gobiernos liberales se encuentran en una encrucijada muy peligrosa, bailan entre el pueblo y las élites económicas. Poco a poco estas élites han convertido a nuestros gobiernos en meros conductores de sus intereses, todo ello a cambio de favores, olvidando que la soberanía es del pueblo y la democracia se construye en la base del bienestar y progreso comunes. Lo que algunos llaman hoy en día "casta política" son tan solo el ente visible, de poderes ocultos que llamaremos "mercado".
Para mi sorpresa, un poder tan moldeado por estos conductores, como es el poder judicial, esté limpiando los bajos fondos de un sistema herido y en peligro de extinción.

La maquinaria del poder teje sus hilos de amplias formas para que no se produzcan cambios en su status, y nombraremos algunos de ellos: el uso de los poderes fácticos tanto privados como públicos, sosteniendo una educación precaria e ineficaz basada en el especialidad, inculcando la fiebre consumista que nos ha sumido en la búsqueda de placeres efímeros y volátiles, el hacernos responsables de nuestras desgracias, somos nuestros propios empresarios, y por tanto los responsables de nuestros fracasos, y por último imponiendo la religión de el " dinero".

En este ambiente hostil de desinformación y/o sobre-información sesgada, el pueblo se halla huérfano y desamparado de ideales, ética y/o principios y ve como una vida irreal nos ha sido arrebatada con la llegada de la crisis económica. El estado ha propiciado que el pueblo se convierta en esclavo de sí mismo y no por medio del terror. Esta obra maestra edificada durante muchos años fue válida hasta que se dejaron de respetar los derechos y sobre todo bienes de los ciudadanos. Este descontento general no es otro que el de no sentirnos partícipes de la deuda contraída y de su legitimidad. Un grave error por parte de los políticos ha sido éste, no haber evolucionado, ni estar a la altura de los tiempos, al ser sus intereses más importantes que el progreso.

España requería y requiere de reformas profundas y recortes en las instituciones políticas, al menos para aunar esfuerzos y ver que las vicisitudes son compartidas. Lo que más llena de ira a la ciudadanía es realizar este esfuerzo en soledad y ver como roban delante de sus ojos impunemente.
La orfandad a la que me refería antes nos paraliza y nos hace más débiles ante este tipo de tropelías. En nuestra sociedad ya no hay cabida para la revolución o para el asalto de cuarteles. Esta fragilidad colectiva es un claro síntoma de la fragilidad y pérdida de valores colectiva que el pueblo español adolece.

El futuro nos lleva a plantearnos si este sistema viciado y corrupto se perpetuará o habrá cambios profundos y necesarios. Esta decadencia refleja las desigualdades y dualismos innecesarios que conlleva el sistema de comunidades autónomas, el fortalecimiento del nacionalismo,  la falta de proyección futura de la nación, las continuas medidas cortoplacistas, parches y atajos que han provocado el continuo avance de la enfermedad que padece nuestro estado.
Para que exista una comunión es necesario que los nuevos gobiernos tomen las riendas de sus decisiones y no velen tan solo por los intereses de las élites financieras. No podría dejar de nombrar de ninguna manera la triunfal llegada de Pablo Iglesias al mapa político y a razón de ello formularé una serie de preguntas: ¿Caminamos hacia el federalismo o hacia el centralismo? ¿Creen que el nacionalismo es un movimiento colectivo conducido por la pasión y por ende peligroso? ¿Es Pablo Iglesias un mesías y la solución a los males que acaecen en el estado?
¿Podrá Pablo Iglesias en el caso de que llegue al poder, conducir los intereses del pueblo y de las élites financieras?

Con estas preguntas doy por finalizado este artículo, habiéndose extendido éste ya en demasía. Que cada uno saque sus conclusiones, las mías es que tras el odio se esconden las fauces de la barbarie y la ignorancia. Imperios más grandes han caído.


domingo, 1 de febrero de 2015

Los nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque le pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son , aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.


EDUARDO GALEANO, "EL LIBRO DE LOS ABRAZOS".

NUESTRO ARLINGTON ESPAÑOL

En el cementerio de Arlington (Virginia, EE.UU.) están enterradas personas consideradas héroes para la sociedad norteamericana. La participación en la II Guerra Mundial, su lucha por la igualdad de derechos o la ocupación de la presidencia del país, constituyen algunos de los méritos para descansar eternamente entre su hierba. En muchas de sus tumbas existe, además, una antorcha de fuego -metáfora de la libertad- siempre encendida. Ocurre, por ejemplo, con la tumba de John F. Kennedy, visitada a diario por cientos de personas.

En nuestro país, no conozco ningún cementerio dedicado exclusivamente a la memoria de nuestros héroes. Empero, sí conozco la guerra de esquelas de nuestros periódicos sobre los dos bandos de la guerra civil, la división entre las propias víctimas del terrorismo o la apología del terrorismo que en el Parlamento Vasco hacen algunos grupos parlamentarios (Sortu es un buen ejemplo de ello) que han contado -y siguen contando- con la aquiescencia de algún que otro presidente del gobierno y partido político.

 Aducirán algunos que en España no tenemos héroes que lucharon por la libertad como por ejemplo hicieron los soldados norteamericanos o ingleses en la II Guerra Mundial. Falso. Rotundamente falso. Si bien es cierto que España no participó en la II Guerra Mundial, no hemos de remontarnos tan lejos para encontrar a grandes héroes que dieron todo por la libertad. Me refiero, por supuesto, al casi millar de víctimas asesinadas vilmente por la banda terrorista ETA. Las víctimas del terrorismo representan lo mejor de nuestra sociedad: su lucha titánica e inquebrantable por la libertad y la dignidad son el espejo en el que hemos de mirarnos a diario como un soplo de esperanza en estos tiempos en los que el relativismo impera casi  apenas ya sin resistencia alguna.

En cuanto a las víctimas, unos, nos sonarán más, de muchos, ni siquiera sabremos sus nombres; pero lo que es seguro es que a todos les honraremos y reconoceremos por igual.

Hay atentados que uno recuerda a la perfección. Me referiré sólo a un par de ellos que definen sobremanera a unos asesinos de unos héroes. ¿Quién no se acuerda del asesinato de Miguel Ángel Blanco?

El día 10 de julio de 1997, Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en el Ayuntamiento de Ermua se dirigía, como todos los días, a trabajar. El trayecto que le separaba, de ida pero no de vuelta, era el de pasar de la vida a la muerte. Subió a un tren -el de la vida- que nunca pudo volver a coger: una banda de asesinos le secuestró. ETA había decidido que Miguel Ángel Blanco sería un medio de presión para el gobierno de Aznar. Si se cumplía el chantaje de los asesinos -acercamiento de presos etarras a las cárceles del  País Vasco antes de las 16:00 horas del sábado 12 de julio- le dejarían en libertad. El Gobierno no claudicó y ETA lo asesinó. Como respuesta a tan cobarde y vil asesinato, la sociedad española, indignada no sólo con ETA sino también harta de la retórica de los fariseos nacionalistas con los terroristas -“Ellos mueven el árbol y nosotros recogemos las nueces” (Arzallus dixit)-, se manifestó por todas las ciudades de España proclamando un grito unánime -¡Basta Ya!- en defensa de la libertad, naciendo así el Espíritu de Ermua.

Aquel día, la sociedad española salió sin miedo a la calle exigiendo libertad y clamando justicia.

Aquel día, por primera vez en España hubo gente que se despojó del miedo y del silencio y se vistió de valor y honor.

Aquel día, había muerto Miguel Ángel Blanco pero había nacido un gran héroe para España.

En paralelo al asesinato de Miguel Ángel Blanco existe una imagen que nunca se podrá borrar de mi mente. Se trata del cuerpo yacente del periodista José Luis López de Lacalle. Un sábado 7 de mayo de 2001, como cada fin de semana, López de Lacalle salió de su casa de Andoaín  para tomar café en un bar cercano. Cuando regresaba a su domicilio, un asesino de ETA le disparó dos veces en el pecho y cuando ya estaba en el suelo  le remató con dos tiros en la nuca. La imagen -el cuerpo sin vida de López de Lacalle tendido en el suelo junto a sus ocho periódicos diferentes que había comprado y un paraguas- es el fiel reflejo de cómo ETA asesina por pensar, por leer, por ser tolerante, por, en definitiva, defender la libertad. Sangre derramada por quien quiere vivir en paz, en libertad y en su tierra: el País Vasco. Esperemos que ese paraguas que llevaba aquél día, su paraguas, el paraguas de Andoaín, nos siga protegiendo desde el cielo frente a estas nubes que amenazan tormenta en  que se ha convertido la política antiterrorista. En cualquier caso, seguiremos denunciando a esta camarilla de malos actores políticos, ya sea por vía judicial o mediante la opinión que expresemos libremente. ¡Eso sí que no nos los podrán quitar! Siempre habrá una pluma dispuesta a denunciar la frivolidad con la que algunos olvidan que representan a la nación española.

No sé si habría que encender una antorcha de fuego a todos los asesinados por ETA o construir un cementerio dedicado exclusivamente a su memoria. Sí sé que siempre les recordaremos y ellos serán el motivo y la causa para no rendirnos nunca en nuestra batalla por la libertad.

Ya lo afirmó Churchill el 8 de mayo de 1945: «No desesperen, no se rindan ante la violencia ni la tiranía, sigan adelante y mueran, si es preciso, antes que dejarse vencer». Tomamos nota, Sir Winston. Ya lo confirmó José Luis López de Lacalle: «Yo seguiré trabajando. Está en crisis la libertad. No podemos renunciar a la libertad, ninguna persona y menos aquéllos que llevamos luchando por ella más de 40 años». Igualmente tomamos nota,  José Luis.

La antorcha encendida de la libertad ha pasado a nuestras manos. Nosotros y, sólo nosotros, somos responsables de preservar inmaculada y transmitir esa misma antorcha a las nuevas generaciones. No hemos de vacilar en esta tarea ni un sólo instante. Si cumplimos con nuestro deber, siempre podrán decir que esta- parafraseando a Churchill- fue nuestra hora más gloriosa. De lo contrario no sólo no habremos cumplido con nuestro cometido sino que, además, habremos escrito una de las páginas más tristes de nuestra historia. Páginas, no lo olviden, que llevarán nuestros nombres y apellidos. Yo no estoy dispuesto a ello y espero que ustedes tampoco. Nosotros y, sólo nosotros, somos responsables de transmitir la misma antorcha encendida a las nuevas generaciones. Nosotros y, sólo nosotros, somos los responsables de que esa llama de fuego permanezca viva eternamente. 


Escrito por: Miguel Sánchez.