miércoles, 28 de enero de 2015

L´estaca. Lluís Llach.




Este hermoso canto a la libertad nos recuerda tiempos peores, pero donde había sueños, ansias de cambio, un sentimiento común de romper los grilletes de la dictadura y el firme deseo de mirar al horizonte con esperanza. Que fugaz es la memoria humana, que pronto olvida a aquellos que lucharon y dieron la vida por la democracia. Sin embargo, ¿En qué la hemos convertido? ¿Es un animal vicioso que alimenta de carroña a las hienas y buitres? ¿La hemos mutilado con nuestro conformismo e indiferencia? ¿Corre el riesgo de ser destruida y devorada por los hijos de quienes la instauraron?¿ Existe en cierto modo o solo es un fantasma?¿Es el miedo un factor extra que contribuye a su desaparición?¿Beben de sus aguas contaminadas los extremismos? ¿Caminamos hacia una revolución de masas?

Todas estas preguntas me hago cada día, tratando de comprender qué está pasando y si de verdad el pueblo español ha sabido asumir su soberanía. Quizás hemos olvidado de dónde venimos y quiénes somos, quizás la experiencia y la sabiduría solo sean palabras que vuelan con el soplo de los vientos, quizás la ignorancia sea peor que la maldad, quizás corren tiempos de odio y resentimientos.

martes, 27 de enero de 2015

El sofista del siglo XXI

Salvando las distancias y agradeciendo la traducción de la excelsa obra de Platón por parte de Patricio Azcárate, me aventuro a crear un símil del pequeño extracto que he publicado de El Sofista (Diálogos). Sin duda mis palabras sobran ya que confío en la imaginación de mis escasos pero singulares lectores. La verdad es que si hubiera tenido la opción de publicar el diálogo entero lo habría realizado ya que no tiene ningún desperdicio. De una belleza poco equiparable y eterna nos muestra que quizás pocas cosas han cambiado en temas tan generales como la educación, la política o la enseñanza.

La figura del sofista roba almas, codicioso, insidioso, comerciante de la verdad, gran orador, inspirador de contradicciones, de dialéctica fácil, es la representación de nuestro político actual. Como dijo un filósofo, que en este momento y lugar no puedo recordar, la filosofía occidental es un comentario a pie de página del gran sabio ateniense.

Llegaremos muchos a la conclusión de que la sociedad esclavista de la Grecia clásica nada tiene que ver con la actual y que por ende no es comparable, sin embargo lejano al uso de anacronismos, me atrevo a sostener que no dista un gran trecho de una sociedad a la otra. La esclavitud tiene muchas máscaras y en infinidad de ocasiones son ejercidas en la lejanía, pasando inadvertidas en el seno de las democracias liberales, donde los derechos individuales son reconocidos por sus diversas constituciones. ¿En qué nos distinguimos entonces? ¿Hemos progresado en cuanto a saber y justicia? ¿Qué es la libertad? ¿Existe la virtud? ¿Se educa bien a nuestros hijos? La ignorancia es una serpiente que bebe agua de muchas fuentes y alimentada por ratas subsiste en los tiempos de la sobre-información, los valores anclados y el hedonismo des ilustrado. 

En este paradójico mundo de imágenes, el sofista se desenvuelve como pez en el agua y con sus palabras vacías pero seductoras aplacan al monstruo, al rebelde sin causa, al  feroz vulgo, al endeudado, al inconformista, al artista e incluso a los que se creen sabios ¿Dónde se debería con más razón que en "el poder" encontrar la virtud y la justicia o el afán del progreso humano? La tarea de librarnos de la tiranía de estos encantadores de serpientes es ardua y casi utópica.

La esperanza siempre reside en el devenir, en los que vienen detrás nuestra, para convertir a la historia circular en lineal y así no cometer los mismos errores una y otra vez. Nuestra educación, individualista y competitiva arroja al mundo a millones de seres enfermos, que confunden el placer efímero con la felicidad, el éxito con la riqueza, los derechos con los deberes o el servilismo con la esclavitud. Alabados aquellos hombres capaces de mandar y servir, de no hablar cuando desconocen, de escuchar a quienes más saben; porque ellos edificarán grandes reinos, alabados aquellos que no miran la paja en los ojos ajenos, alabados aquellos que no temen a la muerte, que aman su rostro y no la imagen que reflejan sus espejos, alabados los que se liberan del yugo del sectarismo, alabados los que quieren crecer cada día, que se refutan a sí mismos, alabados los que tienen pensamiento crítico.

No hay camino libre sin espinas, el mayor enemigo de uno mismo es uno mismo; no hay oasis en el vacío, cuán difícil es encontrar la luz, cuán difícil es remar en aguas turbulentas, cuán difícil encontrar sentido a tus pasos. Como diría Sócrates no sé si la virtud existe, no sé si puede ser enseñada, lo que si sé es que bajo pieles de cordero hay lobos feroces que acechan en cada esquina. 


El sofista.

Luego el arte del sofista no es otra cosa que el arte de
ganar dinero por la discusión, y forma parte del arte de
disputar, del arte de controvertir, del arte de luchar, del
arte de combatir, y por consiguiente del arte de adquirir.
V. Ya se ve en claro que el sofista es, como suele decirse,
un animal vario y que no se deja prender con una
sola mano. Pero ahora vamos a verlo más en claro aún,
porque he aquí un nuevo rastro para seguirle.
Hay un arte de distinguir, al que se refieren una multitud
de operaciones, tales como acechar, acribar, entresacar,
etc.
En el arte de distinguir, es preciso considerar la operación,
que separa lo semejante de lo semejante, y la que
separa lo mejor de lo peor, para guardar lo primero y
desechar lo segundo; es la purificación.
En la purificación, la que concierne a los cuerpos, ya
animados, como la gimnasia, ya inanimados, como el
lavado; y la que concierne al alma.
Purificar el alma es desterrar de ella la maldad. Pero
hay dos clases de maldades, la del vicio y la de la ignorancia.
La purificación del alma comprende por lo tanto
la justicia y la enseñanza.
En la enseñanza, es preciso distinguir la que se refiere
a los oficios mecánicos, y la educación, cuyo objeto
es desterrar el género de ignorancia, llamado necedad,
la cual consiste en imaginarse que se sabe lo que no se
sabe.
En la educación, la reprensión, que tan pronto se verifica
con severidad, como con dulzura; y la refutación que
vuelve a la modestia a los que creen saber y no saben,
obligándoles a ponerse en contradicción consigo
mismos.
Este método de refutación se parece mucho a la sofística,
pero a la sofística de noble raza. De suerte, que el
arte del sofista es el arte de discernir, el arte de
de purificar el alma; es la enseñanza, es la educación
, es la refutación, que confunde la vanidad de la falsa
ciencia.
VI. Tenemos, pues, que el sofista se nos presenta sucesivamente
como un cazador de jóvenes ricos; como un
comerciante, negociando las cosas del alma, los conocimientos
relativos á la virtud; como un fabricante de estos
mismos objetos; como una especie de atleta de la palabra,
que tiene por oficio el disputar y discutir; en fin, como
un purificador del alma mediante la refutación. Si todos
estos nombres le convienen, es preciso decir, sin
embargo, que ante todo y esencialmente es un disputador.
Bajo este punto de vista vamos s examinarlo.
El sofista no se limita a discutir; enseña a los demás á
discutir como él, y sobre todas las cosas. Cualquiera
creerá que posee la ciencia universal, pero su ciencia no
es más que aparente; en lugar de la verdad sólo presenta
imágenes de ella, y el arte que ejerce pertenece al gran
arte de la imitación.



DIÁLOGOS DE PLATÓN.

La sabiduría del mundo y la de Dios

Porque el lenguaje de la cruz es una locura para los que se pierden; pero para nosotros , que nos salvamos, es poder de Dios.Pues dice la escritura: Inutilizaré la sabiduría de los sabios y anularé la inteligencia de los inteligentes.¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el maestro?¿Dónde el estudioso de este mundo? ¡Dios ha convertido en tontería la sabiduría del mundo! El mundo con su propia sabiduría no reconoció a Dios en la sabiduría manifestada por Dios en sus obras. Por eso Dios ha preferido salvar a los creyentes por medio de una doctrina que parece una locura. Porque los judíos piden milagros y los griegos buscan la sabiduría; pero nosotros anunciamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero poder y sabiduría de Dios es más sabia que los hombres; y la debilidad de Dios, más fuerte que los hombres.
Considerad si no, hermanos, vuestro grupo de llamados: no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; Dios eligió lo que el mundo tiene por necio para humillar a los sabios; lo débil para humillar a los fuertes; lo vil, lo despreciable, lo que es nada, para anular a los que son algo; para que nadie presuma delante de Dios. Por él estáis en Cristo Jesús, el cual de parte de Dios se ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención, para que, como dice la Escritura, el que quiera presumir de algo, que presuma de lo que ha hecho el Señor. 



Pablo de Tarso, Primera carta a los Corintios, 1, 18-32.

Contra los movimientos de masas

No es el libre albedrío y la voluntad individual la que nos libera de las cadenas de los dogmas, la violencia, los prejuicios instaurados y el complejo de inferioridad. No es acaso el cultivo de uno mismo lo que produce la fuerza de la colectividad. No es acaso un canto a la vida el dejar de temer la muerte, no es acaso necesario el continuo crecimiento del yo, para superar la máscara de una moral decadente y herida.

Bajo la oscuridad caminamos a tientas, y bailamos un Vals al son del azar, entre las pasiones y una razón domesticada. En el universo de los dualismos dejamos de comprender el sentido de nuestra existencia, de nuestros orígenes. Esa continua lucha vivida dentro de un mundo artificial, que desprecia nuestros instintos, llena de odio, violencia y competitividad innecesaria el día a día.

No llego a comprender esa extraña obstinación nuestra de dar la espalda a una naturaleza más sabia que el propio hombre. Las leyes cambian, la ética evoluciona, la ciencia al servicio del progreso es el único camino.
Cuidaos de caer en las garras de la mediocridad y el proselitismo, de abrazar la rigidez de unos dictados, pues os robarán lo más valioso, la capacidad de juzgarse y amarse a uno mismo. Es más cómodo el dejarse llevar por manos invisibles y vivir sin cuestionarse nada, aceptado la verdad sin buscarla.

No invito con esto a la anarquía ni a la igualdad suprema, ya que esta es una quimera, sino invito a no desistir en la lucha individual como baluarte
de la búsqueda de la felicidad y el progreso del colectivo.


La inercia.

Todos al fin y al cabo nos creemos dueños de nuestro devenir, todos creemos que nuestra existencia tiene un significado. Cuando el recuerdo muere dejamos de existir y volvemos a formar parte de algo insólito y desconocido, el no ser. El presente caduca con extrema celeridad y sumidos entre vagas estampas del pasado y un futuro inexistente e impredecible bailamos al son del azar. Sin respuestas claras la eficiencia se encuentra en el automatismo, quizás ya no hay cabida para los soñadores, quizás en nuestro pequeño universo el camino más recto es sobrevivir. La imaginación juega a los dados con el miedo y hay días en los que uno respira la belleza que le rodea, pero hay otros en los que deambulas sin mucho sentido, que te dejas guiar por la inercia, por la mayor fuerza que existe, el no dejar de existir.