Queridos lectores como amante del cine debo declararme admirador
de la obra de Roman Polanski. Si bien, su vida guarda pasajes muy oscuros, no
son de mi incumbencia. De sus filmes me atrapa la niebla y el caos que reside en la mente
de sus personajes. Sin duda, bailamos sobre el alambre de la locura más a menudo
de lo que creemos, y las pasiones brotan de forma desbocada como ríos de lava
en los momentos más insospechados de nuestras vidas.
En sus películas se hace presente la intenta soledad de la
vida en las urbes, la desconexión de la realidad que provocan el tedio y la monotonía;
la maldad escondida tras una apariencia inocente, tras una mirada perdida.
Ciudades oscuras y marchitas, ojos que miran vigilantes, sonrisas sardónicas,
folie a deux, Henry Miller, Paris; Dios camina lejos del hombre en las tardes
de otoño cuando caen las hojas marchitas.
Destacaría entre sus obras Bitter Moon, La Locataire y
Repulsión, aunque hay otras muchas más para destacar. Para acabar, ya ven que
es un artículo chiquito, les invito a degustarlas y adjunto una fotografía de Bitter Moon, película donde se demuestra que los fuegos no sólo se apagan sino
que también pueden quemarte hasta reducirte a cenizas.
Todos los derechos están reservados ©. Diego Torres 2015.
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